|
Es imposible ignorar los síntomas de decadencia de la sociedad moderna: la toxicomanía, la criminalidad, la degradación moral y las deficiencias educativas. Si no se busca remedio a cada uno de estos devastadores males sociales, acabarán por destruir los cimientos mismos sobre los que se basa toda sociedad civilizada.
A los cienciólogos siempre les ha preocupado este declive de la sociedad en general, siendo conscientes, como son, de que la tecnología de L. Ronald Hubbard tiene amplias aplicaciones a nivel seglar, que son de ayuda inestimable más allá del ámbito religioso.
La palabra tecnología se emplea para describir los métodos de aplicación de los principios de algo, en oposición al mero conocimiento del tema en sí. L. Ronald Hubbard no era un teórico encerrado en su torre de marfil. Los principios que descubrió están pensados para su uso. Así pues, tecnología se refiere a los métodos que desarrolló para la aplicación de estos principios.
Es precisamente la viabilidad de esta tecnología seglar en su amplia aplicación lo que ha unido a cienciólogos y no cienciólogos desde los años 60 para detener de manera efectiva el declive de nuestra sociedad y librar al mundo de sus devastadores males sociales.

|