Quizás el potencial de destrucción final se haya empleado para dar origen finalmente a una esperanza para la humanidad: una religión del siglo XX que utiliza una tecnología verdaderamente funcional para llevar al hombre a la comprensión de sí mismo y de sus semejantes. La bomba atómica y Scientology nacieron al mismo tiempo, en el crisol de la última guerra mundial. Afortunadamente, ahora no sólo podemos terminar con la guerra, sino también con el crimen y la demencia en la Tierra de una vez por todas. Podemos invertir la espiral descendente de la vida en este planeta.
Con Scientology, el hombre puede encontrar la respuesta a sus eternas preguntas y lograr una verdadera libertad espiritual.